Opinión: Terremoto en Ecuador movió la tierra pero también los corazones humanos
- Daniela Cevallos
- 29 abr 2016
- 2 Min. de lectura
El terremoto que sacudió al Ecuador no solo trajo devastación y efectos negativos consigo. También mostró la solidaridad de todo el pueblo ecuatoriano.

El terremoto de 7,8 puntos en la escala de Richter tomó por sorpresa a toda la población ecuatoriana, incluyendo a los medios de comunicación. De esta manera, los canales de televisión querían reportar todo lo que sucedía en ese lugar y generaron un caos por la presencia de tantos periodistas. No tomaron en cuenta que con la cooperación y el trabajo en equipo se podría mostrar una mejor información. Luego de pasadas algunas horas del trágico suceso, varios canales informativos entendieron la importancia de comunicar con responsabilidad. Porque, se unieron para tratar de graficar lo que vivían los afectados en las zonas devastadas.
Para ejercer un buen periodismo no basta con intentar mostrar las secuelas en la infraestructura. Hace falta plasmar el dolor humano, pero no para generar el morbo ni mucho menos. Más bien, se trata de conmover a la sociedad entera para que se una y aporte su “granito de arena” en pro del resurgimiento de Manabí.
Este movimiento telúrico no solo trajo devastación y efectos negativos consigo. También mostró la solidaridad de todo el pueblo ecuatoriano y del mundo entero. Cada vez, donaciones de diversos puntos llegaban a zonas afectadas como Pedernales, Canoa, Muisne, entre otras. Sin duda el corazón humano está lleno de bondad. No importa la cantidad ni la marca del producto que se done. Lo fundamental en estos casos es saber ayudar. Pero, tampoco se debe utilizar estas situaciones para encontrar una fuente de fama o respaldo político. Si nos ponemos a pensar, entre la aportación de José Montesdeoca, vendedor de empanadas que ofreció toda su fuente de trabajo, y la mínima colaboración del 10% del salario de los asambleístas; posiblemente nos quedamos con la acción loable del comerciante quiteño.
Video: Ecuavisa
De igual forma, la decisión de resurgir como el ave Fénix de los y las manabitas es digno de aplaudir. Sin embargo, ellos y ellas necesitan, una vez más, de nuestra colaboración. Principalmente, visitando sus lugares turísticos que fueron y son su gran fuente de ingresos. Este país unido y solidario saldrá adelante. Una caída no es derrota. Sigamos con ese entusiasmo de cooperación. Pero, manteniendo el orden para que la ayuda llegue a más personas.
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